Palabras de apertura del Tercer Congreso Nacional de ANJUT a cargo de la Dra. Aseff

Intervención de Lucía M. Aseff en la apertura de las jornadas de ANJUT en Carlos Paz

31 de agosto de 2023.

De Juan Gelman:  Hay que aprender a resistir/ ni a irse ni a quedarse/ a resistir/ aunque seguro que habrá más penas y olvido…

Antes que nada quiero agradecer a los queridos compañeros de ANJUT por convocarme para abrir este encuentropresencial en tiempos difíciles, deseando traer algo de esperanza

Y decirles que es un gran honor compartir este panel con una persona tan valiosa jurídica y humanamente como Gabriel de Vedia.

Dicho lo cual les anticipo que voy a cambiar el título de miintervención porque el asignado no me gustaba demasiado,sobre todo porque nosotros somos la última garantía de la paz social pero luego de que se hayan transitado otros caminos, por lo que elegí otro, tomado de un libro de la querida Alcira Argumedo que se nos fue – pilar del pensamiento nacional y popular  y ejemplo de coherencia y compromiso – que se llama Un horizonte sin certezas, porque me pareció más que adecuado para este cambio epocal que estamos atravesando.

Como seguramente saben porque además se ha escuchado mucho en estas semanas hay un deseo que pertenecería a los chinos, que es Que te toquen tiempos interesantes. Y vaya si estos lo son. Demasiado, pero no deben impedirseguir teniendo el grado de fortaleza y compromiso que nuestra función demanda para proteger a los más vulnerables de la relación de trabajo y, desde ya, a los vulnerados porque han quedado fuera de sus límites.

Como de este encuentro también participan algunos abogados litigantes, no quiero dejar de celebrarlo, porque solo ellos cuando formulan sus reclamos e impulsan sus litigios nos obligan impostergablemente a decidir, dado que nunca podemos hacerlo en abstracto ni fuera de una causa. Ningún colectivo puede existir sin el otro.

Y como estamos todos en el mismo barco, les doy la bienvenida.

Volviendo al tema que nos convoca, no es nada nuevo decir que estamos atravesando un campo de época cuyo futuro es incierto, muy complejo y aparentemente nada venturoso.

SE NOS AMENAZA Y SE NOS ATACA DESDE LAS BASES MISMAS DE LO QUE ES NUESTRA DISCIPLINA Y NUESRO COMPROMISO, EMBARCANDO A PARTE DE LA POBLACIÓN EN ESTA FALACIA, COMO SI NO ENTENDIÉRAMOS QUE LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO Y REQUIEREN OTROS MARCOS CONCEPTUALES E IDEOLÓGICOS, O NO LO QUISIÉRAMOS ENTENDER. Y NOS LO RECLAMAN SIN TENER EN CUENTA QUE LA CUESTIÓN SOCIAL QUE DIO ORIGEN A NUESTRA DISCIPLINA HA VUELTO A EMERGER CON MÁS CRUDEZA QUE NUNCA, GENERANDO MISERIA, DESCLASAMIENTO YLO QUE ES MÁS GRAVE, PÉRDIDA DE LA NOCIÓN DE TRABAJO COMO ELEMENTO ESTRUCTURADOR DE LA VIDA DE LAS PERSONAS.

TAL PARECE QUE SOLO ALGUNOS DESVARIADOS SEGUIMOS PENSANDO EN EL DERECHO AL TRABAJO MIENTRAS QUE LA INMENSA MAYORÍA SIGUE CREYENDO QUE ES UNA CUESTIÓN DE DESEO Y VOLUNTAD,CUANDO NO DE MERITOCRACIA.

ESTO EN CUANTO AL MARCO GENERAL

PERO ADEMÁS, Y NO ES POCO, APARECEN CONTINUAMENTE NUEVAS MATERIAS, NUEVAS EXIGENCIAS Y NUEVOS CAMPOS DE CONOCIMIENTO Y ANÁLISIS QUE DEBEMOS RESOLVER AMPLIANDO NUESTRAS COMPETENCIAS A UN UNIVERSO CADA VEZ MÁS AMPLIO, COMPLEJO Y AJENO: TRABAJO VERDE, REDUCCIÓN DE LA JORNADA DE LABOR NO SOLO YA POR LAS VENTAJAS QUE EL OCIO GANADO GENERA PARA EL TRABAJADOR Y TAMBIÉN PARA QUIEN LO EMPLEA, SINO TAMBIÉN, ÚLTIMAMENTE, PARA CONJURAR EL CAMBIO CLIMÁTICO QUE SE HA ABATIDO SOBRE EL PLANETA, TRAYENDO CIERTOS DÍAS ESPECIALMENTE AGOBIANTES POCO AUSPICIOSOS PARA EL TRABAJO – QUE CADA VEZ SON MÁS Y CUYA FRECUENCIA IRÁ EN AUMENTO QUE ANTES ERANDESCONOCIDOS O MUY AISLADOS, COMO UNA NUEVA VARIANTE A TENER EN CUENTA.

NI QUÉ DECIR DEL AVANCE DE LA TECNOLOGÍA, LA ROBÓTICA, LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL, LAS TICS Y TODO LO QUE PODEMOS ENGLOBAR EN LASNUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO.

LA EXIGENCIA ES ÍMPROBA COMO LO SERÁN NUESTROS ESFUERZOS PARA NO QUEDARNOS FUERA DE ESTE INEVITABLE PROGRESO. PERO DEBEMOS TENER PRESENTE QUE TODA FRAGMENTACIÓN DELCONOCIMIENTO NOS LLEVA A UN EMPROBRECIMIENTO DE NUESTRA COMPRENSIÓN DEL MUNDO, QUE BIEN PUEDE TERMINAR EN AISLAMIENTO.

SIN CONTAR QUE MÁS ALLÁ DE QUE HEMOS SIDO MIEMBROS FUNDADORES DE LA OIT Y HEMOS TRANSFORMADO EN LEY NACIONAL VIGENTE MUCHOS DE SUS CONVENIOS, NO SE APLICAN LO SUFICIENTE, PORQUE A NADIE PARECE IMPORTARLE DEMASIADO LLEVAR A LA PRÁCTICA LAS EXIGENCIAS DEL TRABAJO DECENTE PLANTEADAS EN ESTE SIGLO NI LA CONSECUCIÓN DE UN ORDEN SOCIAL JUSTO Y FRATERNAL, LO QUE TORNA MUY PREOCUPANTE LA SITUACIÓN, ASÍ COMO EL FUTURO DE ESTA DISCIPLINA.

HABIDA CUENTA DE QUE EN ESTE CONTEXTO CREO QUE NO BASTA CON SEGUIR ENARBOLANDO A MODO DE DEFENSA LOS DERECHOS HUMANOS LABORALES QUE PRETENDEMOS UNIVERSALES, PORQUE NO LO SON, Y MUCHO MENOS CUANDO HAY UN NUEVO JUGADOR EN EL TABLERO DEL MUNDO EXTRAORDINARIAMENTE FUERTE, INTELIGENTE Y SUTIL COMO LO ES CHINA, QUE NO PIENSA LO MISMO QUE OCCIDENTE EN RELACIÓN AL TRABAJO, AUNQUE TODAVÍA NO LO MANIFIESTE.  

TAL VEZ SI RECORDAMOS CÓMO FUE QUE ROMA CONQUISTÓ AL MUNDO ANTIGUO, A TRAVÉS DE LA IMPOSICIÓN DE SU CULTURA JURÍDICA PERO SIN DEJAR DE RESPETAR LAS DE LOS PUEBLOS CONQUISTADOS – HASTA DONDE SE PODÍA  – MEDIANTE FORMAS PACÍFICAS E INTELIGENTES DE ASIMILACIÓN DE LAS AJENAS, ENCONTREMOS ALGUNAS CLAVES PARA ABORDAR ESTE NUEVO ORDEN MUNDIAL YGENERAR NUEVAS ESTRATEGIAS PARA RESISTIR LOS TIEMPOS QUE SE AVECINAN.

Como dada mi doble formación puede suceder que estén esperando otro tipo de abordajes de mi parte sobre lo que pasa y sobre este futuro incierto, voy a mencionar dos o tres cosas que provienen del ámbito de la historia de la filosofía del derecho que tal vez puedan iluminar en algo el camino.

Inicialmente voy a contarles (algunos ya me han leído o escuchado) cómo describe la sucesión histórica de las épocas que ha atravesado el derecho Hermann Kantorowicz ( el jusfilósofo que es parte de la Escuela del Derecho Libre que floreció en Alemania a fines del siglo XIX y, también, el de las famosas dos bibliotecas que nutren nuestra disciplina y nuestras prácticas) cuando se refiere a las etapas formalistas y finalistas. Una conservadora de lo existente y otra transformadora.

Porque como el desafío que hoy se nos presenta es el de mantener lo ya conseguido, debemos persistir en una defensa del formalismo en pos de conservar las normas e instituciones del derecho del trabajo de carácter protectorio que tenemos afortunadamente, en abundancia porque la ola que pretende imponerse es la de la regresividad, proponiendo cambios, pero a la baja.

Para pasar seguidamente muy sumariamente a una interesante descripción que hace Alf Ross en su clásica obra “Sobre el derecho y la justicia” sobre el conflicto que puede llegar a existir dentro del juez al momento de fallar entre su conciencia jurídica formal – que le impone cumplir con el derecho que normalmente juró defender y aplicar – y su conciencia jurídica material, que lo conduce a dictar sentencias que puedan ser comprendidas, receptadas y valoradas dentro de su ámbito de actuación, porque todos pertenecemos a una particular tradición de cultura, que nos atraviesa también cuando fallamos y resulta cuestionada en épocas de cambio donde nada parece tener la firmeza que tenía.

Y me parec que valía la pena detenerse en estas dos cuestiones de orden general, porque vivimos tiempos difíciles y los que se avecinan parecen serlo aún más, lo que nos obligará a desarrollar estrategias de resistencia o, si quieren, para usar un término más contemporáneo – que ya dejó de ser moderno – alternativas de resiliencia. Que no obstante no estarán exentas del conflicto ya presente entre el avance de las ciencias y la tecnología y el futuro del trabajo como orden estructurador de la vida de las personas, porque para bien y para mal la rueda de la historia no se detiene ni vuelve atrás, y muchas y muchos quedarán – o quedaremos – fuera de todo circuito productivo.

Adicionalmente agrego que si unos cuantos ingenuos pudieron pensar o incluso aventurar que de la pandemia saldríamos mejores, ya no quedan dudas de que se equivocó.

Porque el nuevo contexto tecnológico nos plantea desafíos que no serán de fácil resolución, en la medida que se opongan a los principios humanistas de nuestra disciplina,poniendo por encima los de la eficiencia, el lucro y el interés a cualquier precio.

Y porque en este asedio que es constante, que no cesa e interesadamente nos coloca en una posición ahistórica, regresiva y voluntarista frente a un mundo que ya no es el mismo donde supo haber un estado de bienestar que hacía más fácil la redistribución igualitaria de la riqueza el futuro no luce venturoso. Por eso necesitamos no solo las armas que nos da la ley, sino una sólida formación metodológica que una los distintos modos de interpretar el derecho a los fines que tengamos en mira cumplir o consolidar.

Es por eso que es tan importante no estar solos, estar agremiados en una noble asociación como esta, y también hermanados con los abogados litigantes que nos motivan y nos empujan a buscar nuevas soluciones para problemas que pueden presentar más de una solución. Y también a tomar nota de la complejidad que presenta el mundo actual(tecnologías de la información y la comunicación, inteligencia artificial en reemplazo de la función jurisdiccional, reducción de la función simbólica del discurso, empobrecimiento de la palabra, trabajo de plataformas, teletrabajo, etcétera).

Tal como sucedió en los inicios del laboralismo, dos siglos más tarde estamos nuevamente ante la emergencia de la así llamada cuestión social que Barbagelata aborda en profundidad en su Curso sobre la evolución del pensamiento juslaboralista, que calurosamente recomiendo – tal como fue caracterizada a partir de la Revolución Industrial, o sea como el cuadro de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores – que entonces eran considerados de forma equivalente a los pobres – resultantes del proceso, entonces, de industrialización. Hoy, del proceso de automatización y robotización que va permeando las fuentes de trabajo más relevantes donde vuelve a ser necesaria, solo que desde otra óptica, la revalorización del trabajo humano para conjurar la mera posibilidad de la generalización de condiciones extremadamente penosas y hasta miserables de la vida y el trabajo, porque la explotación y el abuso que reinaban entonces han regresado, más o menos tímidamente, pero van en aumento.

En este contexto y en estos escenarios disfuncionales (salvo para una minoría) y altamente desiguales, tanto el Derecho del Trabajo como el de la Seguridad Social siguen siendo instrumentos decisivos para el progreso de las sociedades en su más amplia extensión. Y, desde ya, la existencia de fueros especializados y consustanciados con la problemática que ambas ramas del derecho abordaron desde sus orígenes, será el indispensable complemento para implementar con la mayor eficacia posible la protección del sujeto hiposuficiente que nos es propio, así como un instrumento indispensable para el progreso de las sociedades con equidad y justicia social.

Juan Manuel Ottaviano (abogado laboralista, integrante de CETyD y Fundar) ha dicho: “Las nuevas tecnologías están transformando la producción y el trabajo. El desafío es innovar en las normas para proteger más y mejor a quienes producen y trabajan. Soberanía del tiempo de trabajo, vacaciones elegibles, regulación de la discontinuidad horaria, reducción de impuestos a la producción, reformulación del monotributo, formación profesional, renta universitaria, remuneración de la productividad tecnológica. Cuidar los avances, garantizar los derechos donde están vulnerados y crear nuevos donde hay nuevas necesidades.

Pero ni una palabra referida a la economía social y sus dificultades para transformarla en empleo registrado… Tampoco sobre la redistribución de la riqueza que parece ser EL CAMINO. Mucho menos sobre un tema que particularmente me desvela: quién administrará el ocio cuando se trabaje menos? Los comunicadores de la sociedad capitalista transformando las normas y los bienes culturales en una mercancía más, sin historia ni futuro?

Y esa es la lucha, de hoy y de siempre: la lucha por el sentido además de la lucha por el derecho, que ya enseñabaVon Ihering cuando decía que El derecho es lucha y eso no es un castigo sino su desiderátum o sea la búsqueda de la justicia. Su tesis es tan profunda como simple: todos los derechos se han conseguido por la lucha y para defenderlos y conservarlos también será necesario recurrir a ella. No hay paz ni concordia cuando son vulnerados o amenazan con serlo. No podemos estar distraídos, la historia nos lo enseña y el futuro nos desafía. También la paz social será el fruto de esta atenta vigilia y de nuestra lucha y nuestro compromiso con los más débiles y con los más vulnerables

Hoy se habla mucho de la producción de sentido común, de la construcción de relatos, de texto y contexto, variables que los críticos siempre tuvimos en consideración en nuestra visión del derecho, porque el derecho es una práctica social de naturaleza discursiva que es la resultante de determinadas producciones de sentido y también causante de otras, en un movimiento dialéctico que no se detiene.

Si el discurso es acción en los procesos de comunicación, como sostenemos, no olvidemos que nosotros somos los hablantes de ese discurso y cuál es el peso de nuestras palabras.

Hoy nuestra principal tarea es defender lo que tenemos, no desalentarnos, no abandonar la lucha ni los principios, predicar y resistir, resistir y resistir.

Ese es el camino, esa nuestra convocatoria.

Para terminar, voy a leer partes de una nota de Julián Varsavsky aparecida en la contratapa del diario Página 12 el 21 de julio de 2023, por su esclarecedora visión de esta forma de IA.

El malentendido apocalíptico con ChatGPT.

Estamos viendo fantasmas. La IA no piensa, ergo no existe. Y así como no viene a salvarnos tampoco va a extinguirnos según sospechan muchos, entre ellos Yuval Harari. El dilema que presenta es el mismo ante cada nueva tecnología, que llega siempre abierta, disruptiva y con doble fila (nunca neutra).

Chat GPT no es mucho más que un buscador sofisticado que organiza muy bien las respuestas. Y aporta un giro conversacional, aprobando el test de Turing: a su coherencia gramatical la podríamos confundir con la de un humano. Solo calcula y procesa datos, mientras que pensar implicaría conceptualizar. Eso no lo hace. El habla artificial no resulta de un pensamiento. Se trata de un proceso  binario y digital bastante básico que solo entiende de unos y ceros, veloz como la luz y memorioso hasta lo inconcebible, sin alcanzar nunca nuestro don de crear nexos y dar sentido, reaccionar ante lo nunca visto, tener deseos e iniciativa, crear una obra de arte original, dejarse sobornar o soltar una lágrima.

No puede ni quiere: porque no puede querer (destruirnos).

Habla todos los idiomas sin entender ninguno, trabaja con palabras sueltas que no le significan nada: solo descubre patrones de repetición. Ignora la causalidad y no aprende de la experiencia. El truco es que suelta frases por un método de probabilidad estadística en base a millonadas de datos con que lo han alimentado.

Así como domina la gramática, ignora por completo la semántica que sí lo acercaría a alguna clase de pensamiento, sin conciencia ni emociones: esto último está en un grado cero  de desarrollo científico. No es un cerebro eléctrico

Chat GPT es una suma de subjetividades: se nutre de textos producidos por humanos, por eso se equivoca tanto. Responde de memoria las preguntas como loro porque ya le dieron la respuesta. Y si se aprueba sin pensar, falla el método de evaluación. Pero alimentará el big data por la minería de datos que le damos gratis. Predecirá conductas y potenciará el capitalismo de vigilancia y el tecno feudalismo con latifundios virtuales, esas mega aspiradoras de riqueza. Y nos hará más tecno dependientes que nunca, nada muy nuevo ya. Pero peor.

No obstante, el tablero del mundo es mucho más complejo e impredecible, regido por leyes naturales y reglas sociales. Trae novedades, sí, y derivas inciertas. Pero no hemos sido alcanzados. La IA llegó para quedarse y habrá que convivir, por lo que conviene acercarse con precaución y desconfianza.

Dra. Lucía María Aseff (Vicepresidenta 2da)